Y algo más...

R. I. P.


Aquí hubo en un tiempo no muy lejano, no muy cercano, una hilera de árboles; hoy sólo queda una hilera de cadáveres...
Vidas cortadas

 

Una imagen dice más que mil palabras. Con éstas imágenes, quizá haya alguien que pueda comprender lo que yo siento al verlas en la realidad de mi mundo… 

 
Cada que camino por la ciudad, veo estas vidas que fueron cortadas porque estorbaron a una causa humana.
   
     ¿Cuál?
 
No lo sé. Tan sólo las supongo y trato de imaginar qué puede ser tan importante, como para derribar árboles jóvenes, medios o viejos que están sanos y frondosos.  
 
«Había que poner una marquesina, está rompiendo la banqueta, la delegación los mandó tirar,  es que aquí construiremos unos departamentos de lujo, tapa la vista de mi negocio ¡y qué si lo tiro tan sólo es un árboool…!» escucho miles y miles de justificaciones que para mí, entiéndase bien, que para mí,  no tienen sentido.
 
Así, cada vez que veo éstas vidas extintas, imagino su historia, su dolor, su vida antes de que el hombre se acercara con sus sierras. También imagino lo que las aves, las lagartijas, las ardillas y los insectos pensaron absortos al ver que derribaban sus casas con sus nidos dentro y  como,  sólo quedan estos pedazos de tronco con sus pequeñas sombras marcadas por el movimiento del globo terráqueo. Escucho además,  la voz de sus compañeros alrededor, que los observan cuando son tirados y a su vez, miran tristemente como sus hermanos de savia 
(sangre del árbol) se van convirtiendo en éstas imágenes que ven aquí. 
     
Yo por mi parte escribo esto, para pedirle perdón a los árboles y a todas las vidas destruidas -por causa del «beneficio» de los hombres-  aunque sea de manera simbólica. Sin embargo -y ésto lo digo también para los árboles y sus habitantes- sépanse que el mayor daño que causamos al cortarlos a ustedes, es simplemente para la humanidad. Estos daños tienen nombres como los siguientes: contaminación atmosférica, altos puntos de I.M.E.C.A., enfermedades bronco pulmonares, alergias, calentamiento global, sequías y… la lista complétenla ustedes, da para más.
       
¡A los hombres así nos gusta vivir, morir y tratar a los demás!  Para muestra basta un botón o un árbol derribado.  
        
          R. I. P.                                    
 
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