Cuando se sufre una pérdida, lo que uno siente es un dolor inmenso, impotencia de no poder recuperar lo perdido, impotencia de no poder remediar la maldad o la ignorancia que causan daño a los otros, y quizá, es el mismo sufrimiento que yo también he ocasionado. Cuando se sufre una pérdida, yo invoco a un Dios que pareciera que me ha abandonado. ¡Dios, dónde estás, porqué me dejasteee! Ayúdame por favor! Y entonces ese Dios, parece que está ayudando a los otros a hacer daño a quien en apariencia no la ha hecho… Sí, pareciera que Dios ayuda al malvado, le da todas las ventajas ante su víctima, todo se haya dispuesto para lastimar: la casa está sola y la víctima justo en ese lugar y a esa hora exacta… Nadie ve ni oye nada… me consta… y la víctima grita desesperada por la ayuda de Dios y Dios no se aparece…
¿Qué es lo que se puede perder, sin hablar por ahora de los seres queridos: padres hijos, parejas?
Podemos perder la libertad, la paz, la tranquilidad, la confianza, la fe, la amistad, la compañia, el trabajo, la casa, la inocencia, la felicidad, el dolor mismo, etc.
Hoy, escribo ésto porque perdí algo que es cualquiera de las cosas mencionadas o varias de ellas, una detrás de la otra… Siento que las lágrimas llenan mi corazón, no encuentro el milagro que estoy buscando, mi país no es capaz de dármelo… o yo no he sido capaz de encontrarlo… ¿A dónde voy, a quién acudo, alguien me escuchará? Doy patadas de ahogado…
Quisiera pensar, que soy la única con éste dolor, pero se, por desgracia que no es así. Mi casa, mi calle, mi colonia, mi ciudad, incluso mi planeta; se están cayendo a pedazos gigantes. La gente egoista, la gente que se hace ignorante del daño que ocasiona a los demás, los avaros, los poderosos, (entiéndase esta como el que puede algo) nos están devorando.
Sí, esto es un grito desesperado a Dios o a quien quiera o pueda escucharme…
Y aunque ayer fui presa de un milagro muy, pero muy evidente y grande, (el cuál agradezco a ese Dios que a veces parece que se va, que se desvanece), la huella del dolor, se queda marcada en la cabeza, en el corazón mío y de mucha gente a la que he querido… la violencia verbal y de acción es nuestra nueva madre… La violencia está viendo la luz y no me permite olvidarla…
Quizá sea el orden planetario, quizá sea tan sólo una casualidad, quizá fue la Luna llena o las mareas altas o el fin de los tiempos, no lo se… pero me apoyo en la superstición para entender mis tristezas, no se de que otra manera justificar lo que sucede… Mi mundo de magia y de paz se está desvaneciendo.
Dolor expresado de mi corazón. Fragmento tomado del Diario del corazón de la Mariposa. ©
Fábula Gótica por Teresa Echeverría Artista Visual. Fotografía, Arte, Literatura y Algo más... 
Así es el dolor está presente día a día, noche a noche y a veces es muy difícil seguir adelante cuando ves tanta maldad por parte de otros o lo que nosotros mismos somos capaces de hacer en contra de nosotros mismos o a los seres que decimos amar, cuestión de aprendizaje, de enfermedades mentales o tan sólo de ser parte de la humanidad, pero aún en lo más recóndito de estos pasajes de no saber armonizar con el mundo, nuestros congéneres y la misma naturaleza, todavía tenemos muchos de nosotros ese regalo que en muchas ocasiones no nos damos cuenta porque lo tenemos desde que salimos del vientre materno «la vida» un obsequio que muchas veces menospreciamos o damos por sentado ese es el milagro que algún dios nos dejó, así que hay que procurar cuidarla y apreciar los momentos de felicidad cuando los encontremos, tal vez muchos tal vez pocos pero que existen porque algún día llegará lo que es inevitable para cualquier ser que respira «la muerte»» y que mejor agradecer los latidos que aún tenemos y que a veces no recordamos.