Después de un reparador descanso el día despunta luminoso y soleado así que nuestro recorrido comienza a paso lento hasta llegar a la zona de la Plaza Mayor, con esporádicas paradas para tomar una foto o admirar algún edificio de los muchos que se erigen conservando sus antiguas fachadas. El mercado de San Miguel nos invita a ingresar dado que desde el exterior vidriado se pueden observar los puestos pulcros y ordenados; algunos debido al colorido de las mercaderías parecen cuadros por la impronta estética de su exhibición.
La Plaza Mayor está preparándose para las Fiestas, ya se advierten adornos navideños enormes que la circundan y personas trabajando en este cometido. Unos pasos más y se despliega la fastuosidad del Palacio Real, residencia oficial de la monarquía española, con una larga fila de visitantes que aguarda para ingresar. Si bien nos seduce la idea preferimos dejarlo para otra oportunidad…
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